Chile: Comunicado compañero Alejandro Centoncio, preso en la ex penitenciaria de Santiago

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Recibido en 26.02.18:

A casi 11 meses de prisión, siento la necesidad de expresar algunas ideas que a lo largo de este tiempo han ocupado mi mente… Estoy preso por una bomba molotov hecha con parafina; las pruebas que la fiscalía presenta son un set fotográfico de pruebas que ya no existen (la policía quema la evidencia como un procedimiento habitual dejando sin posibilidad alguna de contrapericiar), y las declaraciones de los “carabineros” que me detuvieron, que no es más que un simple “copiar y pegar”. Por otra parte, a nadie queda duda que la policía en este país inventa, manipula y tergiversa las pruebas que entrega a las fiscalías.

A primera vista todo parece un absurdo, pero para el 11° juzgado de garantía todo esto tiene la coherencia que la ley otorga. Así mismo, para la maquina estatal y judicial, nosotrxs, presxs subversivos, somos un peligro y un permanente estado de alerta; ante lo cual el estado a toda costa nos quiere presxs, y para ello tiene todas sus leyes a favor. La ley está de su parte, y no importa que mi caso sea un absurdo: la ley vigente justifica plenamente una condena sobre mí. Entonces el problema no es ya si tal abogado hace su trabajo de Superman, o si las redes sociales se llenan con mi nombre, o si aparece un afiche de moda con mi causa. El problema está en cómo acatamos cabizbajos todas las leyes que nos oprimen. La ley no es solo una palabra escrita, es una construcción social, una makina que oprime y encadena los deseos. La ley se torna tenebrosa desde el momento en que le damos la facultad de decidir sobre nuestras vidas, sobre nuestros cuerpos y entorno. ¿Hasta qué punto somos cómplices de la ley? Desde el momento en que actuamos conforme a la norma y al ritmo de vida que ellos imponen; desde el momento en que vivimos nuestras relaciones sometidas a la ley de la mercancía; desde el momento en que konsumimos redes sociales como el sucedáneo del contacto cara a cara con una persona real. Lo que estoy diciendo no es nada nuevo. Pero para mí ha tomado un significado dantesco en el momento en que las leyes son la justificación de todo un castigo, y de todas sus consecuencias que acarrea a mi entorno.

Bajo ningún aspecto me konsidero una víctima: ¿Alguna vez la ley ha sido justa kon lxs explotadxs? ¿Y kon akellos k se posicionan kontrarios al sistema…akaso las leyes son justas? Es parte del camino ke he elegido, y con todo el castigo y el sacrificio, estoy sumamente orgulloso de mi elección!!!

Deben saber ke no hay dolor más agudo que ver a mi entorno sufriendo el castigo del Estado junto konmigo. Ya he dicho que la cana pone de manifestó un sinfín de contradicciones, y mis actos se aparecen en toda su crudeza, dejando en evidencia la sutil dominación que sobre todos ejerce la autoridad kon sus leyes y policias. Pareciera ser que vivimos atrapados en una extensa red de dominación y opresión. Aquellos que dicen vivir al “margen” de esto, solo se duermen en sus propias ilusiones, pues incluso su actuar es la confirmación de un mundo dominado por las leyes. La solidaridad no debe expresarse en el mero apoyo económico. Aunque es muy importante, la ayuda económica no bastará, y de hecho cae en el asistencialismo. Lo importante es generar dudas acerca de nuestro actuar, del cómo hacemos válidas las leyes que nos oprimen. ¿Qué somos y para que queremos serlo? La intención de estas palabras es sembrar dudas sobre nuestras prácticas y deseos. Incentivar a la acción, al cotidiano que reniega de este feroz orden que a tantxs nos tiene presxs. La ley de control de armas, en lo referido a las bombas Molotov, es una total desproporción. No es posible que por una simple botella tengas que pasar más de tres años en prisión. Esto es el objetivo del Estado: infundir el terror mediante sus leyes y aparatos represivos. A lo largo de este tiempo me he dado cuenta de muchas kosas. He aprendido de la amargura y la rabia; de la frustración y la fortaleza. En este tiempo me han acompañado personas maravillosas; y más aún, ha sido una hermosa persona la ke me ha enseñado el verdadero significado de las palabras solidaridad, aguante, amor y subversión. … Faltan palabras para describir cada sentir aki en prisión. Falta el ruido de la calle destruyendo los muros. Falta la acción que libere mis deseos… Mientras escribo estas líneas mis hermanxs kurdos luchan a muerte por su libertad; mientras la nostalgia me abraza, mis hermanxs palestinos pelean contra el salvaje Ejército israelí; mientras sueño kon mi libertad los kompas en grecia viven en prisiones bajo tierra…

No es tiempo de pasividad…

Saludos a todxs los subversivos presxs de chile, wallmapu y el mundo entero. Saludos a lxs ke actúan contra el estado y el capital.

Ke la solidaridad sea una práctica revolucionaria!!! Kon ira y amor.

Ale a la calle!!!
Alejandro Centoncio 
Penitenciaría de Santiago Verano 2018

via insurrectionnewsworldwide.com